Le basier. Auguste Rodín. 1901-1904
Caricia que roza la piel con los labios.
Beso que imagino y mi razón encierra bajo siete llaves; creado a mi imagen; ilusorio (como los sueños), real (como la misma vida) y cuyos componentes destilo en noches de alquimia en busca de una fragancia:
- Una pizca del temor que sentí en el primero
- Otro tanto del ansia que había en el segundo.
- Toda la dulzura de aquel que tenia sabor a mañana de domingo.
- La frescura de un beso de hierbabuena.
....
Besos...
que se depositan en los ojos
henchidos de ausencia,
...que sustituyen a las palabras.
Besos..
adictivos,
ilegales,
al vuelo,
que crean un mundo,
dialogantes,
de judas,
cálidos,
cortantes,
lujuriosos,
insensatos,
intimos,
superfluos,
amargos,
....
7
Ese el en número del capítulo de la Rayuela, donde Cortazar se inventa EL BESO (con mayúsculas) y nos lleva de la mano... hasta conseguir que sintamos que son nuestros dedos los que se deslizan sobre los labios. ¡Fascinante!
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.