...Que no te compren por menos de nada ...Que no te vendan amor sin espinas.

lunes, 5 de enero de 2009

“Se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía”

  • Las fotografías captan un instante en el tiempo, una sensación o una vivencia que se quedará, para siempre, grabada en la memoria a través de ellas. Cada una es un fragmento de realidad, un modo de acotar un momento en la inmensidad para, así, dejar de ser una simple mirada a la vida cotidiana y convertirse en parte de nuestro yo individual o colectivo.
  •  “Aprendí a mirar y esperar en la vida. Si eres paciente, la gente acaba olvidándose de tu cámara y su alma quedará reflejada en tu instantánea”. Steve McCurry
  •  En mi haber tengo una pequeña colección de imágenes que fui recogiendo a lo largo del tiempo. Me atraenaquellas que desnudan al ser humano en todas sus facetas, pero sobre todo los retratos y, especialmente, la capacidad que tienen algunos artistas para reflejar en un solo momento, congelado en el tiempo, la verdadera naturaleza de las personas: a través de sus ojos, sus gestos, su sonrisa, sus manos…
  • Alguien me dijo una vez (hablando de retratos) que una fotografía puede darnos muchas pistas de quien en ella aparece, pero que debemos de tener cuidado de no contaminar la lectura con lo que deseamos ver y realmente no está.  Mark Twain lo decía de otro modo, pero la esencia es la misma: “No puedes fiarte de tus ojos si tu imaginación no está enfocada”.
  • Lo que está claro es que todas las fotografías cuentan una historia, e incluso alguna ha llegado a ser historia en sí misma y, de algún modo, ha cambiado algo en nosotros. Tal es el poder de una imagen impresa en un papel.

  • Esta que aquí os muestro habla de una niña feliz. Se llama Elena. Vivía con sus padrinos en una pequeña y remota aldea. Aquí está ella, orgullosa, con su flamante bici nueva, que sus padres le habían regalado cuando regresaron del extranjero para disfrutar sus vacaciones (del mismo modo que lo hacían todos y cada uno de los veranos desde que ella había nacido). Como la imagen es en blanco y negro, os diré que la bici era roja y sus ruedas blancas e incluso llevaba una pequeña banderita en la parte delantera.
  • Disfrutó increíblemente de su bici nueva. Hasta tal punto que, cuando finalmente dejó de usarla, solo tenía ruedas, el asiento y un chasis destrozado: todos los accesorios los había ido perdiendo a lo largo del tiempo.
  • Elena, que ahora ya es una mujer, todavía puede cerrar los ojos y sentir la brisa en la cara, mientras volaba -o eso creía ella- por la pequeña cuesta que había frente a su casa, sujeta -eso creía también- por las manos de sus amigos para que no se cayese. Claro que cuando miraba atrás y comprobaba que hacía ya mucho rato que rodaba sola, invariablemente, se caía. Todavía es capaz de oír las risas de sus amigos y la voz de su madrina reclamándola para ir a cenar, cuando ya solo la luz de las farolas iluminaba el camino (por donde, por supuesto, no pasaba ni un solo coche). Todos los niños de la aldea aprendieron a montar en esa bici exactamente del mismo modo: cayéndose y levantándose una y otra vez. Más de una cicatriz se llevaron a casa, pero no importaba demasiado, porque estaban juntos: corrían, saltaban, merendaban (una renta para la sufrida mamá que debía alimentarlos) e incluso veían la tele juntos (puntualmente a las 6, cuando en la primera cadena comenzaba la sesión de tarde).
  • Si. Fue una niña feliz, y con el paso del tiempo, como atestiguan posteriores fotografías, en su rostro se seguía reflejando la misma felicidad de antaño. Hoy, si la miras fijamente a los ojos, de vez en cuando podrás ver esa pequeña chispa que todavía habita en ella.

  • Con esta historia, de una pequeña imagen anónima, queda inaugurada esta sección de fotografías. Aquí pondré de vez cuando alguna de esas que cuentan historias y hablan de la gente. Fotografías famosas en su mayor parte. Otras no tanto, pero todas trasmiten algo especial.
  • La de este post es la primera vez que sale de mi álbum de fotos (seguro que para risa y sonrisa de más de un conocido. Pero que se le va a hacer… una que es sufrida.)
  • (Frase del título de Miguel Hernández.)


4 comentarios:

Miguel Gómez Losada dijo...

Hola desde Córdoba :)

Susi DelaTorre dijo...

Me encantará seguir ese álbum de fotos, Elen!!

Y una sonrisa para la niña de la bici, esa que te asoma...

Buena entrada a la vida normal, amiga!!

Fran dijo...

Sonrisa, sí... es estupendo ver una foto de tu niñez, pero no te equivocas, en los ojos se te adivina. Bicos mini...

Elen dijo...

Miguel: Gracias por pasarte. ¿Nueva cabecera en tu blog?. Me encanta ese cuadro.
Un saludito.

Susi:
Gracias. Tu siempre tan afectuosa. Gracias de nuevo...Pero no esperes ver mas fotos mías ehh... que me da vergüencilla.. ainss.
Un beso.

Mini:
Espero que no te hayas reído muchooo!!
Gracias por vez esa chispita que aflora de vez en cuando.
Bicosss...

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