Tengo lo que tengo y nada más. Oscilo entre la consolación y el desconsuelo. Me arden las sienes pero no es jaqueca, sino la búsqueda sólida de un precario equilibrio. Asimismo busco remordimientos más o menos cercanos, y no encuentro ninguno. Digamos que mis pasos no son firmes. Tendría que probar con pies descalzos, para no engañarme con tacos y con suelas.
Tengo lo que tengo o más bien lo que tuve. En mi alma hay un pozo y en mi sangre hay un náufrago. Mis pensamientos quieren por unanimidad llevarme al sacrificio, pero mis sentimientos pagan el rescate y me evado con ellos.
De nuevo tengo lo que tengo (vaya, la verdad es que me siento otro) pero por fin estoy más seguro y más lejos.
Mario Benedetti
6 comentarios:
Me valen las palabras del amigo Mario.
La tarde aciaga.
Y dos pensamientos... por domesticar.
Me valen los presagios,
sobre todo los infundidos.
Me vale que emitas,
a sabiendas de que te recibo.
Me vale tu nostalgia...
porque ella también sabe que me gusta.
Te correspondo.
Biquiños.
Me encanta leerte, y saber que mis letras también llegan a ese lado (aunque sean, como en este caso prestadas)
Nos debemos un cafecito!. Hace mil años del último!
Un beso Sir!
Todo lo que dice Benedetti me toca la fibra sensible, todo lo que escribe el maestro benedite me llega al alma. Un beso
La verdad es que siempre tengo la sensación de sentirme arropada entre los las palabras de Benedetti.
Me encanta!
Tenemos lo que tenemos y no siempre es lo que nos merecemos, no crees???
Feliz año Elen!!!
Besazos enormes
Siempre me ha gustado mcho Benedetti. Este escrito no lo conocía.
Un beso.
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